Benjamín Netanyahu, el Herodes del siglo XXI
OPINIÓN
Benjamín Netanyahu, el Herodes del siglo XXI
Escrito por: EVER VERU COLLAZOS
En la playa hay una niña, la
niña tiene familia y la familia una casa. La casa tiene dos ventanas y una
puerta…En el mar, un acorazado se divierte cazando a los que caminan por la
playa: cuatro, cinco, siete caen sobre la arena. La niña se salva por poco, gracias
a una mano de niebla, una mano no divina que la ayuda. Grita: ¡Padre! ¡Padre!
Levántate, regresemos: el mar no es como nosotros. El padre, amortajado sobre
su sombra, a merced de lo invisible, no responde. Sangre en las palmeras,
sangre en las nubes. La lleva en volandas la voz más alta y más lejana de la
playa. Grita en la noche desierta. No hay eco en el eco. Convierte el grito
eterno en noticia rápida que deja de ser noticia cuando los aviones regresan
para bombardear una casa con dos ventanas y una puerta. ”Mahmud Darwish”.
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“Algo salió trágicamente mal”.
Con esta frase mecánicamente repetida, califica constantemente Benjamín Netanyahu las matanzas perpetradas
por los
bombardeos del ejército israelí
sobre campos de desplazados en Rafah. En
estos ataques como siempre pierden la vida, la mayoría mujeres y niños, muchos
de ellos mueren casi siempre asfixiados
por el humo o abrasados por las llamas provocadas por las bombas. A la vista de
estas palabras, y teniendo en cuenta que en casi once meses de asedio en Gaza
han muerto más de 40.000 palestinos inocentes (un simple cálculo da un promedio
de, aproximadamente, 155 muertos al día), paradójicamente cabría preguntar a
Netanyahu qué es lo que ha salido bien en este tiempo. Definitivamente,
Netanyahu se ha convertido en la versión corregida y aumentada de Herodes.
“Del infanticidio
nazi–fascista al infanticidio sionista–fascista”.
Según el Evangelio de Mateo,
Herodes, Rey de Judea, ordenó que todos los niños menores de 2 años que
vivieran cerca de Belén debían ser asesinados después de escuchar que el “Rey
de los judíos” acababa de nacer: “La matanza de los inocentes”. El legendario
infanticidio bíblico se hace realidad histórica dos milenios después, y la
reencarnación de Herodes es Benjamín Netanyahu, Primer Ministro de Israel. El
Estado sionista, parafraseando a Marx, nació chorreando sangre y lodo por todos
los poros, desde los pies a la cabeza; especialmente chorreando sangre de los
niños y niñas palestinas. En mayo Israel cumple 76 años como estado terrorista.
Netanyahu y todo el sionismo israelí abrieron las puertas del infierno terrenal
a los palestinos.
El sionismo es
genocida. “En la cumbre de la tragedia contemporánea, entramos entonces en
la familiaridad del crimen”, decía Albert Camus; y Gaza parece ser la cumbre de
nuestra tragedia actual y la familiaridad de los crímenes de lesa humanidad.
Nunca en tan poco tiempo tantos hemos sido testigos de la cruenta barbarie
social en los tiempos aciagos que vivimos como es el genocidio de Gaza.
Lamentablemente, la mayoría sigue siendo un testigo mudo e impasible de la
tragedia. No obstante, crece un clamor mundial por el cese al fuego. Ejemplo de
ello son las protestas estudiantiles en la mayoría de las universidades
estadounidenses y ahora extendidas por todo el planeta, exigiendo frenar la
ayuda militar a Israel y parar el genocidio.
Una medianoche del
siglo hubiera dicho Víctor Serge, quien en su momento defendió
valerosamente a la población judía en plena Segunda Guerra Mundial. Hoy día,
indudablemente estaría defendiendo ferviente el espíritu de la lucha de
resistencia del pueblo palestino y en contra de los criminales sionistas
israelíes. Serge murió en la ciudad de México el 17 de noviembre de 1947, medio
año antes de la creación del Estado de Israel, un 14 de mayo de 1948, una fecha
infausta en la historia. Cuando Serge escribió sobre el Holocausto dijo:
“los nazis exterminaron con organización científica (cámaras de gas rodantes,
etc.) a varios millones de judíos, es decir, trabajadores europeos talentosos.
(Los nazis ocultaron al pueblo alemán la magnitud de sus crímenes durante el
mayor tiempo posible). Al hacerlo, causaron un grave daño a Europa y al mundo
civilizado, y esto tendrá efectos a largo plazo. Al cultivar una
ideología de asesinato irracional lograron despertar y movilizar en todo el
mundo instintos sádicos que la civilización cristiana, la civilización
científica, el humanismo y el socialismo europeos parecían haber
dominado. Las consecuencias psicológicas y sociales de esta degradación
del hombre moderno ciertamente persistirán mucho después de la liquidación del
nazismo y el castigo de los culpables” y es precisamente lo que ahora está
ocurriendo como una premisa suya.
Desde luego, Serge jamás podía
imaginarse que el sionismo israelí desde su fundación como Estado utilizaría
acciones terroristas y se convertiría en un monstruo armado por el imperialismo
estadounidense. Los efectos a largo plazo se tornaron en corto plazo… y las
consecuencias sociales de esta degradación del hombre moderno siguen persistiendo
después de la pesadilla fascista nazi mutándose en la pesadilla del
fascismo-sionista. La medianoche del siglo amenaza en volverse
en una oscuridad abismal permanente por una barbarie apocalíptica.
“Con la creación del Estado
sionista se desató la Nakba (catástrofe) y comenzó el
genocidio”.
El asesinato de miles de
palestinos y la expulsión violenta de sus tierras y viviendas. Según algunos
historiadores judíos como Benny Morris e Ilan Pappé, la Nakba es
una limpieza étnica. Pappé dice: “El origen de la violencia en Gaza
está en la ideología racista de la eliminación del nativo”. Una “ideología de
asesinato irracional” de proporciones mayúsculas. Del genocidio judío por el
nazismo al genocidio gazati–palestino perpetrado por el sionismo israelí hay
una lejana distancia histórica y geográfica, pero el genocidio –al margen de
las cifras de mortandad, cuya comparación estadística carece de sentido– es un
genocidio si nos atenemos al hecho cualitativo del exterminio masivo de una
población civil inocente.
El genocidio es el exterminio
o eliminación sistemática de un grupo humano por motivo de raza, etnia,
religión, política o nacionalidad. Y en el caso palestino es la historia de 76
años de exterminio sistemático. Genocidios hay muchos en la historia moderna,
pero ninguno cuya longitud temporal sea de tres cuartos de siglo. Es lo que
Pappé denomina como un “genocidio gradual”; lo que significa que no hay un
momento único dramático de un asesinato en masa de personas de cierta raza o nación,
sino que existe una estrategia sionista de transformar la Franja de Gaza en un
lugar inhabitable: “no es solo la matanza continua de la población civil lo que
lo hace un genocidio, sino que se trata también de la destrucción de la
infraestructura”.
Por ejemplo, la Ciudad de Gaza
es la principal urbe de la Franja de Gaza, y la más poblada de Palestina con
cerca de 700 mil habitantes; y desde el 7 de octubre pasado ha quedado reducida
a polvo, cenizas y escombros. No ha quedado piedra sobre piedra, todo ha sido
destruido. “Todo lo sólido se desvanece en el aire; todo lo sagrado es
profanado…” Escuelas, templos, hospitales, universidades, viviendas, etcétera.
Igualmente, es el caso de Jan Yunis, una ciudad devastada. Los residentes que
han regresado dicen que la ciudad ha quedado en gran parte reducida a escombros
y huele a muerte.
Artículos del mismo autor:
Hamás, Hezboláh, Israel, Estados Unidos. ¿Quién ganará la guerra?
El Holocausto fue
cometido en los campos de exterminio (1940–1945) por un solo genocida: el
fascismo alemán encabezado por Hitler. Pero en el genocidio palestino, aunque
el asesino material es directamente el Estado israelí, intervienen otras manos
criminales como las del gobierno imperialista de los Estados Unidos
proporcionándole todo el armamento más moderno posible, con la complicidad
política principalmente de Alemania, Inglaterra y la Unión Europea.
¿Cómo podemos caracterizar más
precisamente este desgarramiento “civilizatorio” perpetrado impunemente en
Gaza; esta crisis humanitaria brutal?
¿Es una continuidad histórica
de la ruptura de la civilización propiciada por la violencia
nazi y de su genealogía europea?
¿Cómo definir esta violencia
terrorista–sionista?
Ahora no hay campos de
concentración de exterminio con cámaras de gas en Gaza, pero este ghetto del apartheid es
blanco de decenas de miles de toneladas de bombas sionistas.
¿Es Gaza un cataclismo innegable de la
deshumanización de la barbarie social mundial, tierra de conquista y
devastación de una limpieza étnica colonialista?
¿Es una nueva “Solución final” (como el
Holocausto) al problema palestino con el asesinato masivo, deliberado y
sistemático?
El 17 de noviembre de 2012 el
ministro del interior israelí Eli Yishai declaró a propósito de Gaza: “El
objetivo de esta operación Pilar Defensivo o Columna de Nube, es devolver Gaza a la Edad Media, Solo
entonces estaremos tranquilos durante cuarenta años”. Pareciera, más bien, al
igual que en Vietnam, que se trata con los bombardeos –como dijo El general
Curtis Le May en 1965, responsable del Strategic Air Command del Ejército
estadunidense de mandarlos a la Edad de Piedra, y macabramente lo están
logrando, asesinando y destruyendo todo a su paso.
Según la doctrina del Irgun, ("Organización Militar Nacional en
la Tierra de Israel") Palestina
es sólo tierra de los judíos, y los árabes tienen que irse a otra parte. Fue
durante la guerra árabe-israelí, en abril de 1948 cuando Menájem Begin cometió
uno de sus crímenes más atroces. Fue una masacre. Menájem Begin, acompañado de
un gran número de militantes del Irgun, entró en el pueblo árabe de Deir
Yassin, en las afueras de la Palestina ocupada. El pueblo era pacífico y sus
habitantes eran civiles desarmados. Los atacantes masacraron salvajemente a al
menos 200 residentes, entre ellos mujeres y niños, volaron casas con gente
dentro y dispararon a la gente al azar. Las lecciones de Begin sobre prácticas
terroristas fueron muy bien aprendidas por Netanyahu, a quien dichas prácticas
desgraciadamente se le volvieron costumbre.
La limpieza étnica es
un eufemismo porque en muchos casos no solamente implica realizar la expulsión
violenta de población de su territorio por el agresor, sino también el
asesinato sistemático de una población para dejar limpio el territorio para su
apropiación por una etnia homogénea. También puede ser la combinación de ambos
propósitos. Históricamente el colonialismo por despojo implica las dos cosas, y
ese el caso de la violencia sionista contra el pueblo palestino. Pero en la
mayoría de los casos, la limpieza étnica también significa el
asesinato o genocidio de la población infantil, lo cual sucede en la Franja de
Gaza.
El genocidio es una
aniquilación de una población; es el asesinato de un pueblo; lo que conlleva al
concepto de crímenes contra la humanidad o crimen de lesa humanidad:
atrocidades y delitos de carácter inhumano, que forman parte de un ataque
generalizado o sistemático contra una población civil, cometido para aplicar
las políticas de un Estado o una organización. Ironías de la historia que la Asamblea
General de la ONU en 1948 declara el genocidio
como un crimen contra la humanidad al tiempo de la fundación artificial de
Israel.
“Gaza es un cementerio de
niños”.
El infanticidio como crimen de
lesa humanidad. En Gaza hay una
guerra contra los niños. Según informes internacionales, al 30 de
Septiembre, hay más de 40 mil palestinos asesinados en los 11 meses de la
guerra en Gaza, desde que Israel lanzó su guerra contra Hamas. El ministerio de
salud de Gaza, dijo que 40 personas murieron en Gaza durante las últimas 24
horas, lo que eleva el número total de muertes desde el 7 de octubre a 40.040,
aproximadamente una de cada 55 personas en el enclave. Más de 92.401 han
resultado heridas.
Es muy desgarrador conocer historias lamentables, siniestras y tristes entre tantas como esta: Un padre de
Gaza fue a registrar el nacimiento de sus gemelos, pero murieron en un ataque
aéreo israelí en ese momento según funcionarios de un hospital. Las cifras, que se disparan, dan una
idea del sufrimiento diario, la desnutrición y la volatilidad que existe en
Gaza después de 11 meses de conflicto, y el hito se ha superado en un punto
particularmente impredecible.
“Es una guerra contra la infancia y su futuro”.
“El número de niños muertos en Gaza desde el 7
de octubre supera al de niños muertos en las guerras que se han producido en
todo el mundo durante los últimos 4 años. Así se desprende de una publicación
de Philippe Lazzarini, comisionado general de la Agencia de Naciones Unidas
para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo, UNRWA”. Pocas veces en la
historia reciente se ha producido una matanza tan intensa y masiva de niños y
civiles como la de estos momentos en Gaza, uno de los lugares más densamente
poblados del mundo.
La ONG israelí Breaking
the silence, publicó que los soldados israelíes han reconocido recibir órdenes del
alto mando israelí de disparar a matar contra niñas y niños en Palestina. La
situación ha llegado a tal grado que hasta el secretario Antonio Guterres,
secretario general de la ONU, aseveró que “Gaza se convirtió en un cementerio
de niños”. “Israel está inmerso en una guerra de venganza desenfrenada que está
produciendo escenas apocalípticas”. Según la Organización Mundial de la Salud
cada diez minutos se mata a un niño palestino. Los pocos que sobrevivan a tales
ataques sufrirán deformaciones (quemaduras, piernas y brazos amputados) de por
vida. Un alto funcionario del organismo de ayuda humanitaria de la ONU afirma
que “ningún niño palestino tiene acceso a cuidados, nutrición o agua.
Por su parte se avecina una
hambruna”. La ONU informa que Israel dispara misiles sobre viviendas, donde los
menores se refugian junto a las mujeres de la familia y se quedan sepultados
bajo toneladas de bloques de hormigón. También la ONU informa que en octubre pasado
habían unas 50 mil mujeres embarazadas atrapadas bajo los bombardeos, sin agua,
comida, electricidad, medicinas. No se sabe cuántas han muerto bajo las bombas
y escombros con sus bebés, ni cuántos niñas y niños perdieron la vida durante
el parto de sus madres.
“El régimen sionista viola
todos los tratados internacionales”.
Por ejemplo, los de la Convención
sobre los derechos del niño establecidos en 1989. No obstante
que Israel ratificó dicha convención en 1991 y
está obligado a brindar a los niños palestinos los mismos derechos y
protección que a los niños israelíes, en la práctica las autoridades israelíes
no respetan esta obligación. Según la Organización Internacional de Defensa de
la Infancia (DCI) y otras organizaciones de derechos, en Cisjordania y en la
Franja de Gaza el ejército israelí viola con regularidad los derechos del
niño al arrestar a menores, y al consentir la violencia de los
colonos contra los niños. Ha establecido en su propio País leyes
punitivas contra los niños palestinos. Procesados desde los 12 años, los niños
palestinos son juzgados por tribunales militares en Israel. Los niños son
llevados a centros de interrogatorio, donde no están acompañados de familiares
ni de abogados. “Allí son sometidos a tortura psicológica y a veces también
física y donde muchos acaban confesando bajo presión delitos que no han
cometido”, denuncia este especialista palestino en derecho humanitario.
“Una
catástrofe humanitaria”.
Un acuerdo de alto el fuego proporcionaría un
respiro a los aproximadamente 2,2 millones de palestinos que han estado
viviendo en condiciones de pesadilla en Gaza. Casi todos los que viven en Gaza
han sido desplazados en el conflicto, y muchas personas se han visto obligadas
a huir repetidamente a medida que la operación militar israelí se expandía, a
menudo a lugares que, según se dijo anteriormente, habían sido limpiados de
combatientes de Hamas. En los últimos días, unas 75.000 personas han huido al
suroeste de Gaza tras recibir órdenes de evacuación israelíes, según el jefe
del Organismo de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas para los
Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA), Philippe Lazzarini.
Menos de una sexta parte de la superficie de Gaza no está
bajo órdenes de evacuación israelíes, dijo Lazzarini a finales del mes pasado.
“Demasiado seguido la gente tiene sólo unas horas para empacar todo lo que
pueda y empezar de nuevo, en su mayoría a pie o en un carro tirado por un burro
abarrotado para aquellos que pueden permitírselo”. A principios de esta semana,
Fikr Shalltoot, director para Gaza del grupo de ayuda Medical Aid for
Palestinens, dijo que el hito inminente “significa que 40.000 familias están de
luto y tienen el corazón roto”.
Mucha gente está perdiendo la esperanza y algunos están
perdiendo la fe, pero la mayoría de la gente está perdiendo la confianza en la
comunidad internacional. Están enojados y decepcionados y creen que el mundo
les ha fallado y les ha defraudado y claro que es innegable su posición.
Esta hecatombe inacabada
podría formar parte de La historia universal de la infamia (1935),
de Jorge Luis Borges. Sería un capítulo muy grueso del libro y seguramente uno
de los más aterradores para el lector, pues la vileza, la crueldad y las
innumerables atrocidades de esta historia ojalá solamente fueran ficción
literaria, pero, desgraciadamente forma parte de una terrible realidad social
que la vivimos de manera desgarradora. Esperemos que algún día la niñez
palestina en lugar de bombas reciba juguetes y tenga un futuro inmediato de paz
y armonía junto a su familia y su pueblo...
“Desde el río hasta el mar,
Palestina en libertad”.
“Por una Palestina libre, autónoma,
soberana e independiente”.
Algunos apartes han sido
tomados de la Web.
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