Reglar la participación política de servidores públicos

 

OPINIÓN

REGLAR LA PARTICIPACIÓN EN POLÍTICA DE LOS SERVIDORES PÚBLICOS

Escrito por: EVER VERÚ COLLAZOS

A propósito, por estos días que se habla de la posición del actual presidente de la República, en donde según algunos medio informativos, Petro ya tiene plan para “ganar las elecciones de 2026” y propone un “congreso progresista”, y que el pacto histórico sea un solo partido; pues así lo han hecho siempre casi todos  los gobernantes de turno por intermedio  de sus  diferentes partidos y movimientos políticos, hacer campaña política en nombre propio o a favor de terceros;  hábitos que no deben escandalizarnos en absoluto, porque así ha sucedido frecuentemente y tales comportamientos  nunca  van a cambiar. 

Para nadie es un secreto en nuestro País, que la inmensa mayoría de los  servidores públicos han hecho y  continúan haciendo campaña en favor de sus preferidos, en los casos en que no pueden hacerlo en nombre propio y aspirar a ser reelegidos (háblese presidente, gobernadores  y alcaldes)  por debajo de la mesa, como popularmente decimos. 

Pues en cada cuatrienio, en  elecciones nacionales y/o regionales, presidente de La República, Senadores, Representantes  a la Cámara,  Gobernadores, Diputados, Alcaldes, y Concejales, en cada uno de los casos, bien si por alguna razón,  sino pueden aspirar a ser reelegidos,  todos sin excepciones podría decirse, intervienen y hacen campaña en favor de otros, bien sea por intereses políticos, económicos y demás,  pero generalmente  lo hacen.

En concordancia con la Constitución Política y la normatividad legal vigente, dice la ley, que en Colombia se castiga la participación indebida en Política,  y de hecho se conocen muy  pocos casos en los cuales se han sancionado disciplinariamente a políticos que influyen de manera directa o indirecta en la elección de sus sucesores, pero generalmente  sucede,  y esta es una práctica tan común que ya se hizo costumbre, que nunca va a desaparecer,  por más intentos falidos del Estado en contrarrestar dichos hábitos y conductas generalizadas en el País.  

Al respecto, en algunos de sus tantos conceptos, afirma la “MOE”, misión de observación electoral, que “A pesar de no contar con una reglamentación específica y clara, es muy importante que los mandatarios y demás funcionarios públicos tengan presente que gobiernan para la totalidad de los ciudadanos y ciudadanas, independientemente de las posturas políticas o convicciones partidistas de los mismos. Por ello, sus pronunciamientos, sean estos en medios de comunicación tradicionales o en redes sociales, pueden afectar, entre otros, el principio de imparcialidad de la función pública, la prevalencia del interés general sobre el particular, así como la libertad política”.

Entonces nos preguntamos…………

¿Pero realmente,  en que grado  se aplican dichos propósitos del Estado?

Derivado de dicho cuestionamiento, es el elector quien es al final  decide por quién votar de manera libre cuando toma  la decisión definitiva.

¿Entonces al final de que sirve dicha prohibición Estatal? 

Si con dichas medidas coercitivas mediante las cuales el gobierno pretende  brindar transparencia en cada elección, y no se ha logrado nada, por  el contrario cada vez hay mas participación en política de los servidores públicos, y en consecuencia las pretensiones  del Estado han sido prácticamente nulas e ineficientes, entonces porque no reglar la participación directa en cada elección de los servidores públicos, y se creería que incluso se  brindaría más transparencia, porque  nada se ha logrado, y en cambio como casi siempre sucede en nuestro País, todo se hace por debajo de cuerda, y nunca pasa nada, todo continua igual o peor.   

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¿Entonces, porque no modernizarnos, modificar   las normas actuales, y para citar un solo ejemplo de participación directa en policita, lo hacemos tal como en Estados Unidos, entre otros gobiernos del denominado primer mundo, en donde los  mandatarios intervienen directamente en cada elección?

¿Y con ello dejamos tantos tapujos e  hipocresía, que al final en nada contribuye y de nada sirven? Pues generalmente se ha visto en nuestro País, que los electores, reciben  el acostumbrado tamal, las hojas cinc, los ladrillos, los rollos de manguera, los cincuenta, los cien mil pesos, y al final votan por quien les parezca. 

Lo único que falta es voluntad política para reglar y de hecho  legalizar las consabidas  prácticas, hábitos y costumbres,  que siempre se presentan   quiéranse  o no, y definitivamente nos alejamos de aquellos comportamientos  puritanos, hipócritas y santurrones, para no continuar únicamente haciéndole  morcillas al diablo, sin sentido alguno. Predicar, y no practicar.